Hasta tres dirigentes del PSOE, con su secretario general y presidente del gobierno a la cabeza, tuvieron que venir desde Madrid a tratar de reparar el estropicio juanfernandino en el PSC, pero ni por ésas. Un veinte por ciento menos de apoyo en un congreso no pasa desapercibido sino a aquél que no quiere ver. La donostiarra Leire Pajín tuvo a bien, además, recordarnos que “no se es más canario por gritar más alto, se es más canario teniendo un gobierno como el de José Luis Rodríguez Zapatero que mira a Canarias en los hechos, en las políticas y en las inversiones”. Sí, bwana. No lo dirá por lo bien parada que sale Canarias en los próximos presupuestos precisamente. Uno, en cambio, de esa frase y de otra perla como “con López Aguilar, Canarias gana dos veces, un líder en el Archipiélago y un canario en Europa”, lo que deduce es que piensan los señores socialistas que el destino de todos los canarios está tan inextricablemente imbricado con el de su propio partido y el futuro laboral de su dirigente, que ¡ay, de aquél que ose pensar que la renovación política y la regeneración ética en las islas no pasa por votar a los socialistas!
El que esto escribe hace tiempo que no cree en semejantes ínfulas y ya está mayorcito para que lo amedrenten con el hombre del saco. Ayer, en el congreso del PSC, los canarios no nos jugamos nada. Como mucho, se dirimió el futuro de un partido renqueante, que sale peor de lo que entró: con un líder que está y no está, sin candidato claro para las próximas elecciones, sin proyecto para Canarias, sin posibilidad de alianzas gracias a la verborrea de un secretario general con cada vez menos apoyos, sin posibilidad de tener una agenda propia que no sea la que marque Ferraz, indefenso ante las pretensiones de teledirigir el partido desde Bruselas mediante algún “hombre de paja”, con líderes históricos arrinconados y una dirección de compromiso entre familias,… Por eso, entre “la dignidad de ser canario en España” y “ser más canario apoyando al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero”, personalmente, prefiero seguir pensando que la dignidad de los canarios está a salvo de espectáculos como el de ayer y, desde luego, que el auténtico cambio en Canarias no pasa de ninguna manera por la sucursal canaria del PSOE.