Así, con “j”, a pesar de que la ortografía preceptiva manda escribir “zahorín”. El caso es que en Tamaimos siempre hemos tenido algo de zajorines. Nos ocurren muchas coincidencias, casualidades -aunque el filósofo dijera que “no existe la casualidad, sino la causalidad, que es el producto de la causa-, “dejà vus”, algo de telúrico tiene toda esta aventura,… El caso es que en el podcast que tenemos en salmuera y que ustedes podrán escuchar este fin de semana, Don Agustín Bethencourt, tamaimo bruselense, y servidor nos echamos unas risas a cuenta de la iniciativa del Ayuntamiento de Las Palmas de poner un gigantesco árbol de Navidad que funciona con una pila de hidrógeno. Y lo hacíamos con toda inocencia, pensando que estábamos ante una alocada ocurrencia –otra más, como la de la Feria de Abril en Las Palmas– de los socialistas en la ciudad de Las Palmas. Sin embargo, leo en el Canarias 7 que la iniciativa no está precisamente imbuida del tradicional espíritu de amor y fraternidad tan propio de la Navidad, sino más bien de intereses más mundanos y materiales. Les invito a leer la noticia ahora y a escuchar el podcast número cinco, el próximo fin de semana, en el que planteamos algunas posibilidades para celebrar la Navidad en torno a este abeto de hermandad, sostenibilidad y socialdemocracia.