El trabajo de un periodista debe ser el de informar, revelar lo que está oculto poniendo al servicio del lector sus datos, sus fuentes, su capacidad analítica,… y hacer todo ello, además, no dejando mostrar sus posibles filias y fobias políticas, por ejemplo. A mí me parece que la entrada de ayer lunes, 8 de diciembre, en el blog El anillo de Moebius, del periodista Francisco Pomares, en La Provincia, es un buen ejemplo de esto que digo. La entrada en cuestión se titula “A puro dedo” y analiza un aspecto nada divulgado de la reciente asignación de fondos por parte del Gobierno de España para pequeñas y medianas obras municipales. En este reparto, corresponden a Canarias unos 350 millones de euros, cerca de sesenta mil millones de pesetas. Ahora bien, el hilo del que tira el periodista es el de señalar que la letra pequeña del decreto no obliga a los alcaldes a cumplir la Ley de Contratos del Estado, sino que pueden adjudicar estas obras como “contrato menor”. Esto último, un aspecto por el que todos los políticos han pasado de puntillas, facilita el que mucho alcalde sin escrúpulos aumente su margen de maniobras ante amiguetes y socios, adjudicando contratos públicos a discreción. La excusa de fondo, de la cual tampoco se habla, es, como suele suceder últimamente, la crisis. Lo importante ahora es poner la concretera a funcionar y adjudicar obras, como sea, a diestro y siniestro. Por fin la patronal ha conseguido lo que tanto tiempo llevaba reclamando: la eliminación de la “burocracia” a la hora de otorgar licencias. Se lo ha concedido la socialdemocracia con la anuencia de la(s) derecha(s) y demás. Todos los partidos, de todo signo, callan, hacen mutis por el foro. No oiremos en las próximas semanas a ningún político de Coalición Canaria o el Partido Popular señalar los peligros de esta medida. Tampoco oiremos a ningún representante del PSOE asumir el evidente descaro de una propuesta que basa su principal virtud en rebajar los controles de la Ley. Sólo, con suerte, leeremos a algún periodista que nos informará de lo que a tantos interesa que permanezca oculto.