
Este artículo lo publica
Agustín Bethencourt (Tenesor Rodríguez Martel) nace en Gran Canaria en 1972. Estudios de lengua y cultura rusas en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria . Vive en Moscú de 2002 a 2007. Tras 8 años viviendo en Bruselas, en 2016 se muda a Viena, desde donde sigue muy de cerca la realidad de Europa Central y Oriental. Miembro fundador de la revista Tamaimos y de la Fundación Tamaimos.
El presidente del Cabildo de Tenerife dice en entrevista concedida al periódico el Día que no sabe si la institución que preside desde hace diez años tiene competencias en materia de transporte (¿?). Y que además, le da igual si las tiene o no. Échale mojo.
Como el que le tosan, a este tipo de personajes no les debe gustar nada, al ser preguntado por la sobrina de Paulino y demás intentos de enchufe, dice que quien escucha a un cargo público debe ir a la cárcel.
Pues sí, parece que la mejor defensa es un buen ataque: si enchufar es lo que hacemos y además nos parece bien, a partir de ahora -lejos de arrepentirnos de semejante práctica y de pedir perdón- lo mejor y más efectivo será intentar seguir sembrando el miedo.
Así que el próximo paso en el ático del poder ático está claro: para dar ejemplo, habrá que matar al mensajero.
¿Lo conseguirán?
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Agustín Bethencourt (Tenesor Rodríguez Martel) nace en Gran Canaria en 1972. Estudios de lengua y cultura rusas en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria . Vive en Moscú de 2002 a 2007. Tras 8 años viviendo en Bruselas, en 2016 se muda a Viena, desde donde sigue muy de cerca la realidad de Europa Central y Oriental. Miembro fundador de la revista Tamaimos y de la Fundación Tamaimos.
Estos son los que luego se quejan de Chávez y Evo Morales, los fascistas de la vieja escuela. Solo les falta un polo azul y el pelo engominao pa’trás.
Bueno, Zerolo ya lleva ese mismo look,… ;-)
Es que a Zerolo le viene de familia, je, je
“Matar al mensajero” o “no me estropees un buen titular con tus noticias verdaderas” son dos expresiones para una misma idea. La primera les va bien a los poderosos de la política (y afines) con el fin de sacar adelante sus sucias mañas. La segunda la usan a veces los malos periodistas para lucirse con falsedades. En cualquier caso, lo que importa a ambos es tener desinformado al consumidor; éste debe quedar secuestrado por la falsa información para que le sea imposible reaccionar con objetividad. En este sentido (en otros, me abstengo) creo que debemos apoyar a la prensa independiente, mayormente internáutica. Ahul.
Necesitamos un cambio de caciques, que los del ático tienen la panza llena. Quien serán los próximos los papagayos o los psados de turno….