
Este artículo lo publica
Agustín Bethencourt (Tenesor Rodríguez Martel) nace en Gran Canaria en 1972. Estudios de lengua y cultura rusas en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria . Vive en Moscú de 2002 a 2007. Tras 8 años viviendo en Bruselas, en 2016 se muda a Viena, desde donde sigue muy de cerca la realidad de Europa Central y Oriental. Miembro fundador de la revista Tamaimos y de la Fundación Tamaimos.
Anoche me enteré de la muerte de Sergio Correa. Recibí la triste noticia tarde, cuando ya había sido su incineración en el tanatorio de San Miguel. La puñetera enfermedad que tantas vidas se lleva también abatió a este hombre vitalista, creativo, fabricante de sonrisas, artesano, folclorista, compositor e intérprete de música popular…
La televisión lo hizo más popular todavía. Sus chistes en La bodega de Julián alegraron miles de casas canarias. Pero Sergio era mucho más que un fabricante de sonrisas, era un artista de las manos y también un compositor de música popular. Quedé pendiente el potajito en su casa de San Mateo al que me invitaron Sergio y Margot. “Allí puedes tener a los chiquillos sueltos” me dijo con su sonrisa socarrona y el brillo en sus ojos cuando me lo encontré en Agaete, con mi cara de padre preocupado porque mis hijos querían caminar sobre las piedras de la playa mientras yo hablaba con Sergio y Margot.
(Sigue leyendo este artículo en Somos Nadie, el blog de Juan García Luján)
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Agustín Bethencourt (Tenesor Rodríguez Martel) nace en Gran Canaria en 1972. Estudios de lengua y cultura rusas en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria . Vive en Moscú de 2002 a 2007. Tras 8 años viviendo en Bruselas, en 2016 se muda a Viena, desde donde sigue muy de cerca la realidad de Europa Central y Oriental. Miembro fundador de la revista Tamaimos y de la Fundación Tamaimos.