
Este artículo lo publica
Tamaimos es un proyecto cultural independiente de opinión y debate sobre Canarias. Este proyecto cultural no tiene relación con partido político, ideología, confesión religiosa o institución alguna y se expresa principalmente a través de entradas en nuestra web.
Quizás algunos de ustedes sólo conozcan Tara por su famoso ídolo. Aunque, según parece, no es nada seguro que allí apareciera, el nombre del hoy barrio teldense sigue teniendo las resonancias del poblado troglodita indígena que fuera no hace tanto en la Historia. Tras la conquista, como sucediera también en otros lugares, los nuevos canarios continuaron las costumbres de los viejos y siguieron habitando sus cuevas. Con el paso del tiempo, lo que no fue sino pura supervivencia, se fue convirtiendo en otra más de las innumerables autolesiones que este pueblo nuestro se practica, tan acostumbrado como está a odiarse y no quererse lo más mínimo.
Hoy, cuando la isla de Gran Canaria parece liderar algo así como un movimiento por la puesta en valor del patrimonio indígena isleño, Tara sigue empeñada en ser un ejemplo de justo lo contrario, como atestiguan las fotos que una amable lectora nos envía. No entramos en el espinoso asunto de la apropiación de las mismas cuevas que hace que los recelosos vecinos se nieguen a cualquier mínimo intento de catalogación. Nos referimos a la porquería, a la basura con que se “adornan” esas cuevas que un día sus antepasados, probablemente, habitaron.
Quizás, algún día, si en el Mayo parisino bajo los adoquines estaba la arena de playa, los canarios de Tara descubrirán que bajo esa basura que hoy alfombra aquellas cuevas había algo más que más basura: la sombra de lo que un día fueron.
Y mientras tanto, Taburiente canta “A Tara”, la Tara posible y con la que soñamos.
Este artículo lo publica
Tamaimos es un proyecto cultural independiente de opinión y debate sobre Canarias. Este proyecto cultural no tiene relación con partido político, ideología, confesión religiosa o institución alguna y se expresa principalmente a través de entradas en nuestra web.
Cada vez que veo una noticia de estas recuerdo esto: http://elpais.com/diario/2001/03/10/cultura/984178801_850215.html La voladura de los budas por los talibanes. Es exactamente los mismo.
Solo que esta vez somos nosotros los propios talibanes, movidos por una insana relación con nuestro entorno, nuestro patrimonio, nuestra identidad,… o sea, con nosotros mismos.
Es un desconocimiento total de nuestra cultura y su importancia, quienes somos. Además un salvajismo violento y desconexión de la naturaleza brutal.
Es todo eso y es más: es una absoluta incapacidad para poner los pies en suelo firme y poder construir un futuro diferente. Negarnos a nosotros mismos eso es condenarnos a nosotros mismos y a nuestros descendientes a seguir viviendo entre porquería.
Por su interés, copio y pego aquí la respuesta que desde la página de Facebook “Es todo tuyo”, Patrimonio del Cabildo de G.C., me dan cuando les comparto este enyesque de Tamaimos: “Ciertamente lamentable, sin paliativos. Ahora bien, gran parte de nuestro patrimonio inmueble prehispánico es de propiedad privada, de tal suerte que las Administraciones competentes se ven muy limitadas a la hora de garantizar su preservación. Cada año, el Cabildo de Gran Canaria licita contratos de limpieza y mantenimiento de yacimientos arqueológicos, que únicamente alcanzan a aquellos sitios de titularidad pública. Puede que el problema sea más de conciencia colectiva que de responsabilidad pública. A lo más a lo que puede llegar la Administración es a la expropiación forzosa, como ocurrió recientemente con la Casa del Canónigo Gordillo, en Santa María de Guía; pero estas son medidas muy extremas y jurídica y económicamente delicadas… Es un asunto mucho más complejo de lo que pueda parecer…” Pienso que es una respuesta interesante y que puede dar pie al debate.
El famoso idolo de Tara no es de aqui es de Galdar, el problema del abandono no siempre de conciencia colectiva ya que para eso hay que enseñar a respetar con ejemplos in situ excavaciones, restauraciones, mas visitas carteleria etc. y muchas veces cuando se logra ésto a veces se malinterpreta dando una vision erronea de lo que alli existe como pasa con el mal llamado almogaren del Bentayga y la linterna magica de la cueva de Risco Caido
Mas informacion http://www.pintaderacanaria.blogspot.com Blog PINTADERA
Coincido con usted, amigo Pintadera, en que las instituciones no deben ser eximidas en su papel de “crear conciencia colectiva”, aunque también pienso que no es una tarea que les corresponda a ellos exclusivamente. Me gusta pensar que, de alguna manera, nosotros también estamos creando conciencia colectiva con nuestro modesto trabajo cotidiano. Saludos.
Correcto no es exclusivo de ellos, en las redes sociales hay que seguir luchando por nuestra conciencia colectiva, yo decía lo anterior, cuando le preguntas a un canario que fue de viaje… que estuvo en tal sitio y todo estaba muy bien cuidado por la infraestructura creada y que aquí nada de nada o muy poco, es por eso que si aquí no damos más ejemplo la conciencia nuestra puede quedarse en poco, en Gran Canaria los yacimientos cuidados son pocos mientras tanto otros no se conservan, para colmo cuando podemos tener algo la mal interpretación abunda mucho, dando otro sentido a lo que visitamos.
Yo tengo la impresión de que en Gran Canaria, en los últimos años, ha habido todo un movimiento de recuperación y puesta en valor del patrimonio indígena que es de gran calado y que puede apuntar posibles vías similares para otras islas. Esto que digo no contradice el que efectivamente sean pocos y que debieran ser muchos más. Lo de la “mala interpretación” pienso que es discutible pero, en cualquier caso, Tara está muy lejos de todo eso. En mi opinión, habría que plantear iniciativas encaminadas a comenzar a solucionar este desaguisado. Lo primero y fundamental es un diálogo con los vecinos, quizás constituir algún foro permanente donde las instituciones y vecinos estén representados y se vaya generando un clima de confianza desde el que poder impulsar otras iniciativas progresivamente. El que Tara sea propiedad privada es un elemento fundamental, obviamente, pero también era privado la mayoría de lo que hoy conocemos como Cueva Pintada de Gáldar. En fin, todo es ponerse manos a la obra. La denuncia ya está hecha. Se abre ahora la fase del diálogo y las propuestas en positivo. Saludos.