
Este artículo lo publica
Nacido en la calle Andamana, en La Isleta, debe emigrar a Escaleritas en su juventud, siendo aun pollito. Cobra conciencia de su pelaje cuando lo intentaron convencer de que no era amarillo sino gualda. De que no era pollo sino perdiz. Desde ese momento combate, espinela en mano, para desenmascarar las imposiciones que vienen desde el gallinero. Nadie sabe donde vive, pero si lo necesitas, lo puedes encontrar en Tamaimos.
Que se achinen nuestro ojos
y amarille nuestra piel
desea el alcalde aquel
Cardona el de los antojos.
Bailar en quimono rojo
para los chonis del sur.
Abrir la puerta al tahúr
con hoteles y casinos,
transformando en el camino
Canarias en Singapur.Y también para el turista
recuperan las tartanas,
pudiera ser cosa sana
pues las hubo en nuestras pistas,
mas Cardona con su vista
puso encima de la mesa
que lo que a él le interesa
son faralaes, son luces,
sombrero plano y reduce
Canarias a cordobesa.Pero a nadie se le ocurre
potenciar nuestras costumbres,
encender la luz que alumbre
donde lo oscuro concurre.
Bebernos lo se escurre
de estas tierras milenarias.
Sacudir la mercenaria,
cruel neblina que nos ciega
sabiendo que si esto llega,
Canarias será Canarias.
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Nacido en la calle Andamana, en La Isleta, debe emigrar a Escaleritas en su juventud, siendo aun pollito. Cobra conciencia de su pelaje cuando lo intentaron convencer de que no era amarillo sino gualda. De que no era pollo sino perdiz. Desde ese momento combate, espinela en mano, para desenmascarar las imposiciones que vienen desde el gallinero. Nadie sabe donde vive, pero si lo necesitas, lo puedes encontrar en Tamaimos.
Veo acertado su comentario en forma de versos.
Nunca he sido de esos canarios de decir aquí estoy yo, con mi timple y cantando isas, pero una cosa es celebrar una fiesta de sevillanas en un local y otra bien distinta es olvidar todo lo nuestro, que también comprende el habla, las formas de ser y de estar de todo un pueblo que creo que se están perdiendo porque somos pocos, estamos dispersos y encima divididos por la crisis y otros asuntos que se nos escapan.