
Este artículo lo publica
Nacido en la bella villa de Los Silos, en el norte de Tenerife, y afincado en La Laguna, desde que mis padres decidieron mudarse hasta la bella Aguere. Estudié Filología Inglesa y me apasiona la historia de Canarias. En la actualidad me busco la vida, como puedo y con el total apoyo de mi pareja, como actor
Esta semana he leído en el periódico El Día que en la Universidad de La Laguna se matricularán este año tres mil alumnos menos. Yo siempre he defendido que esta institución no tiene por que ser la meta ni el objetivo para todo el mundo
Otra cosa bien distinta es lo que pasa en la actualidad, ya que la mayoría de estas personas dejan de estudiar no porque hayan encontrado trabajo o porque no les interese lo que estudian. La realidad es que abandonan sus estudios por motivos económicos y eso es tremendamente injusto y descorazonador. Es una muestra más de que las diferencias sociales en esta nuestra sociedad canaria, se agigantan cada día más. Es vergonzoso que nuestros jóvenes vean cercenado su futuro y el nuestro de esta manera. Está claro que el modelo que se quiere para nuestras islas es la de una sociedad aborregada donde los que estudian son los de siempre, como Dios manda, los demás a trabajar de lo que buenamente puedan con contratos y sueldos de miseria.
En esta tesitura en la que nos encontramos, cada vez se me antoja más absurdo escuchar al presidente del cabildo tinerfeño hablar de megaproyectos como el anillo insular o el tren del sur, cuando las necesidades de los isleños son otras. Por otro lado, al hablar ahora de universidades, no me puedo resistir a comentar una idea que me ha rondado la mente desde hace mucho tiempo: siempre he creído que la existencia de dos universidades canarias era un disparate, ya que bajo mi punto de vista, lo que habría que haber hecho era dotar de buenas infraestructuras y de profesorado de nivel a las escuelas y facultades que existían en aquel momento, a la vez que tener mayores partidas presupuestarias para becas. Pero a veces los intereses políticos y sociales discurren por caminos diferentes…
Este artículo lo publica
Nacido en la bella villa de Los Silos, en el norte de Tenerife, y afincado en La Laguna, desde que mis padres decidieron mudarse hasta la bella Aguere. Estudié Filología Inglesa y me apasiona la historia de Canarias. En la actualidad me busco la vida, como puedo y con el total apoyo de mi pareja, como actor
Amigo De la Cruz, completamente de acuerdo en el problema laboral-docente. En lo que no lo estoy es en la creencia de que una sola Universidad Canaria es una buena solución, hasta el punto de que si las ocho islas tuvieran cada una la población de Gran Canaria y Tenerife, yo sería partidario de ocho universidades. Cada isla es un continente con sus necesidades. Por otro lado, pretender que la isla que tenga la Universidad Canaria conceda parte de su poder para que los estudiantes de otra isla tengan los mismos derechos, es una utopía. no hay más que ver que en 1915 la burguesía santacrucera se manifestó para negarle un Instituto de 2ª Enseñanza a Gran Canaria y a finales de los ochenta volvió a manifestarse para negarle la Universidad, a pesar de que esta isla tenía más habitantes que Tenerife. Un cordial saludo. Captcha: nueve+[9]=18.
Buenas y muchas gracias por tu opinión: Nunca he defendido la idea de que la universidad canaria debiese estar en una isla, si no como la UPV: repartida por las diferentes provincias vascas. Yo defiendo esta idea por que también considero que no hay profesionales para darle toda la calidad que requiere la enseñanza universitaria.