
Este artículo lo publica
Aníbal García Llarena nació en Tenerife, Islas Canarias. Pasó toda su vida en el populoso barrio lagunero de Taco, salvo un año de universidad que cursaba estudios de sociología, y se trasladó a Toulouse (Francia). Es un apasionado de la cultura y tradiciones del pueblo canario, actividad que en música y baile refleja su situación laboral desde tiempo en la isla de Gran Canaria (actual lugar de residencia). Es un amante de las lenguas y la literatura, especializándose, en esto último, en relatos cortos, décimas y greguerías.
Los dos estaban “en línea”, imaginando cuentos, reproches, amores ajenos y ocultos…
Mucho tiempo “on line” y no me escribe a mí.
Se va. Se desconecta.
Ahora, otra vez…
Sólo estoy con el teléfono mirando fíjamente lo que hace. Lo recreo y me creo lo que va entrando en mi cabeza en lo que espero un (escribiendo…).
Al otro lado del teléfono, otra persona hace lo mismo. No se dicen nada, pero está cada uno en la ventana del otro, cual serenata virtual. No hablan por miedo a la moderna ausencia de respuesta.
Ese día no se vieron. Era el último.
El siguiente mensaje que se lanzaron fue un “Adiós, que seas feliz”.
Este artículo lo publica
Aníbal García Llarena nació en Tenerife, Islas Canarias. Pasó toda su vida en el populoso barrio lagunero de Taco, salvo un año de universidad que cursaba estudios de sociología, y se trasladó a Toulouse (Francia). Es un apasionado de la cultura y tradiciones del pueblo canario, actividad que en música y baile refleja su situación laboral desde tiempo en la isla de Gran Canaria (actual lugar de residencia). Es un amante de las lenguas y la literatura, especializándose, en esto último, en relatos cortos, décimas y greguerías.