
Este artículo lo publica
Jorge Stratós. Analista poli(é)tico y miembro desde hace más de un cuarto de siglo del Clan del Don, un espacio de vida, pensamiento y diálogo compartido con otros heterónimos, entre los que se cuentan los filósofos J. Lapv y Pablo Utray, el activista político Jorge Guerra y el profesor Pablo Ródenas.
Esta entrada ha sido suprimida puesto que el texto original, con las adaptaciones y actualizaciones pertinentes, forma parte del volumen Libertad de actuar. Argumentos poli(é)ticos para el disenso, de Pablo Utray, publicado en noviembre de 2018 por las Ediciones Tamaimos.
Este artículo lo publica
Jorge Stratós. Analista poli(é)tico y miembro desde hace más de un cuarto de siglo del Clan del Don, un espacio de vida, pensamiento y diálogo compartido con otros heterónimos, entre los que se cuentan los filósofos J. Lapv y Pablo Utray, el activista político Jorge Guerra y el profesor Pablo Ródenas.
Muy interesante el artículo, ¡gracias!
Ciando dices “masiva exigencia catalana de más autogobierno y soberanía” ¿en qué te basas?
En mi opinión, son dos cosas bien diferentes, que no se si son igual de masivamente exigidas por los catalanes.
Los independentistas aspiramos a un consenso general que una nuestro pueblo para ser algo nuevo y mejor.
Percibo que al independentismo catalan le falta bastante para ese consenso. Y hoy ese pueblo parece mas dividido y roto que en los ultimos 40 años.
Gracias a ti por el detalle.
Gracias a ti por el detalle, Celia.
Gracias por el comentario, José Luis. No sé si te entiendo bien. En sentido literal, soberanía y autogobierno son conceptos equivalentes. A mi juicio, en el mundo globalizado actual no se dan nunca en términos absolutos, sino con un mayor o menor grado de capacidad de decisión. Según todas las encuestas, la mayoría de catalanes quiere que sus instituciones tengan más capacidad de decisión, pero ese cambio incluye a independentistas, federalistas y confederalistas. Y a eso me refería. El error de los estrategas del cambio actual ha sido, desde mi punto de vista, reducirlo a la independencia, siendo unilaterales y poco incluyentes (es decir, poco democráticos). Pues los cambios reales solo se pueden lograr de abajo arriba con mayorías amplias que recojan de modo democrático la pluralidad de perspectivas alternativas. Esto es, habrán de sustituir el reduccionista independentismo por un amplio soberanismo.
Si autogobierno es equivalente a soberanía, como dice el autor, entonces Cataluña ha alcanzado en los últimos 25 años unas cimas de autogobierno incomparables con ningún momento de la historia contemporánea o anterior.
Las crecientes reivindicaciones de otra naturaleza que se están produciendo habría que encontrarlas en otros parámetros. Por ejemplo, la xenofobia, el supremacismo, los intereses económicos egoístas, etc. Por otra parte, tales reivindicaciones han sido alimentadas sin pudor desde ámbitos políticos para conseguir una conciencia social, falsamente construida, de agravio permanente respecto del resto de España .