¡Que no nos representan!
Pensar que la libertad de expresión es un derecho ilimitado, que uno puede ejercer sin la más mínima contención en aras de la convivencia, es un disparate, además de falso. Cada día, los ciudadanos -sin esperar por la autoridad pertinente- dejamos de decir algunas cosas que pensamos por que el otro no se sienta ofendido, …